
Si, lo admito.
Hasta hace algo más de 24 horas, solo conocía el Chapecoense de oídas, de haber visto el nombre alguna vez en las paginas de resultados o alguna mención de pasada acerca de algún ascenso.
Un equipo más, un equipo cualquiera del resto del panorama futbolístico, desconocido y lejano para mi.
Todo hasta que la tragedia llegó.
Una noticia en estos momentos ya conocida por todos. No hace falta recordar los detalles escabrosos ni recrearse en el morbo.
Un accidente de avión y un equipo de fútbol. No es la primera vez que ocurre: Torino, Manchester United, Green Cross, Alianza Lima…
El equipo se había clasificado para disputar la final de la Copa Sudamericana, el equivalente a la Europa League de Sudamérica. Una gran gesta para un equipo humilde como ese.
Solo comentaré algunas cosas respecto a este equipo, ya que como para muchos de vosotros era casi desconocido para mi. Se que a partir de ahora saldrán expertos y seguidores del equipo de debajo las piedras, como ocurrió la campaña pasada con el campeón inglés.
La Asociación Chapecoense de Fútbol (Associação Chapecoense de Futebol) fue fundada en mayo del 1973 en la ciudad de Chapecó, en el estado de Santa Catarina, jugando sus partidos en el estadio Arena Condá.
En sus primeros años ya fue capaz de conquistar el Campeonato Catarinense aunque tardarían en repetirlo, logrando en total cinco trofeos (1977, 1996, 2007, 2011 y 2016) además de una Copa Santa Catarina.
Si, ganó titulo de su campeonato estatal pero en el Campeonato Brasileño nunca destacó, navegando normalmente por la Serie C (tercera división). Dije humilde porque el año 2009 estaba disputando la cuarta división (Serie D), y a partir de aquí un ascenso meteórico. En el 2012 jugaron la Serie C, el año siguiente la Serie B y una temporada después, en el 2014, alcanzaron la tan ansiada Serie A.
A poco más podía aspirar un equipo forjado desde las divisiones inferiores que llegó a la cima, recordando en cierta manera el ascenso desde tercera (League One) del Leicester City. Pero este año dieron un paso más rompiendo los limites establecidos. El Chapecoense, un equipo con solo tres temporadas (9º a falta de una jornada para concluir la tercera) en la máxima categoría del fútbol brasileño se clasificó para la final de un torneo internacional de la CONMEBOL.
El 23 de noviembre el Chapecoense empató sin goles en casa ante el San Lorenzo argentino, pero gracias al empate a uno en tierras argentinas se clasificaron por el valor doble de los goles fuera de casa.
¿Os imagináis un equipo de Tercera División que en siete-ocho años se plante en la final de la Europa League?
Seguramente, a muchos os vendrá a la memoria aquel Deportivo Alavés que llegó a la final de la Copa de la UEFA en el año 2000-01. Es una comparativa bastante acertada, aunque el conjunto albiazul tardó 12 años para realizar tal gesta y siempre estuvo varios años en cada división. En cambio el equipo catarinense lo logró en 7 años y pico, ascendiendo en tres ocasiones consecutivas. ¡Que gran logro!
Estos días se contarán muchas cosas. Muchos rumores. Habladurías. Verdades. Mentiras. Medias verdades. Invenciones. Hechos verídicos.
No obstante hasta que no haya pasado cierto tiempo no podremos asegurar la veracidad de estas noticias.
Estos son algunos ejemplos (sin entrar en detalles morbosos):
El portero suplente del equipo, Marcelo Boeck, pidió a los dirigentes del club no viajar a Colombia a la ida de la final de la Copa Sudamericana, para poder celebrar su cumpleaños. Este acto egoísta del cancerbero brasileño le sirvió para salvar la vida.
A veces la vida te sonríe y a la vuelta de la esquina tiene otro destino pensado para ti. Tiago Da Rocha Vieira, llamado Thiaguinho recibió la noticia que iba a ser padre poco antes de embarcar en el vuelo.
Matheus Saroli, hijo del entrenador Caio Júnior, no pudo subir al avión con su padre debido a que se olvidó el pasaporte, un despiste que le salvó la vida.
Por otro lado a veces el destino es irónico. El mismo Caio Júnior tras lograr el pase al a final lleno de jubilo afirmó: “Si muriera hoy, moriría feliz“.
Entre los pocos supervivientes del accidente, tres fueron integrantes del equipo catarinense: Alan Luciano Ruschel, Jackson Folmman y Helio Hermito Zampier.
Quedaron en tierra ocho integrantes de la plantilla del Chapecoense. Uno lesionado, y el resto agradecerá una decisión técnica que de inició debió sentárles como un jarro de agua fría: perderse una final.
Y esto no ha terminado. A partir de aquí empezará a surgir una rumorología interminable.
¿Y porque señalé en el título que de las tragedias a veces surge lo mejor de nosotros?
El rival en la final iba a ser el Atlético Nacional de Medellín, un equipo visiblemente superior y con una trayectoria importante: ganador en 2 ocasiones tanto la Copa Libertadores como de la Copa Interamericana. Además fue finalista de la Copa Sudamericana, la Recopa Sudamericana y la Copa Intercontinental.
El Atlético Nacional ha sorprendido al mundo al solicitar a la CONMEBOL la entrega del titulo de la Copa al Chapecoense. Muchos dirán que es un gesto de cara la galería, para quedar bien. Puede ser.
Pero más fácil era reclamar el título para ellos y no renunciar a un nuevo trofeo en las vitrinas. Por ello es un noble y solidario gesto por parte del equipo colombiano.
Pero aquí no terminan las muestras de solidaridad, más allá de la infinidad de mensajes de ánimos de las grandes figuras de este deporte a través de las redes sociales.
Varios clubes de Brasil, en un acto de gran solidaridad, han decidido unirse a favor del club de Chapecó y así solicitar formalmente a la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) que durante por lo menos los próximos tres años el Chapecoense no pueda descender.
El Campeonato Brasileño desde la temporada 2006 consta de 20 equipos, de los cuales los cuatro últimos descienden a la Serie B. Si fructificase esta solicitud, en caso de terminar el Chapecoense entre el puesto 17º y 20º, descendería el 16º clasificado.
No solamente esto, además varios clubes brasileños se ofrecen a prestar (ceder) jugadores de forma gratuita al Chapecoense en el 2017 para ayudar a la reconstrucción de la institución y así evitar que se hunda y desaparezca un pequeño equipo que ha demostrado merecerse un puesto entre los grandes.
¿Rivalidad? ¿Egoísmo? ¿Enemistad? ¿Competencia? ¿Aprovecharse de las desgracias ajenas?
No hay lugar para ello en momentos como estos. A veces, la vida y el fútbol, nos demuestra que en los peores momentos, sale a relucir lo mejor de nosotros. Hay diversas formas. Y estas iniciativas en el ámbito futbolístico son un claro ejemplo de ello.
Esperemos que tras este duro golpe, el club pueda levantar cabeza y seguir su estela de éxitos. Por mi parte solo puedo más que dar ánimos a la “familia” del Chapecoense, y desear que durante largo tiempo no tengamos que volver a relacionar tragedia con deporte.
El mundo del deporte hoy se ilumina de verde.
Torre Colpatria. Bogotá, Colombia.
Y muchos más: Torre Eiffel, Cristo Redentor de Rio de Janeiro, etc…
Y como indican en Wembley: ¡Força Chape!
TaichoXela
Twitter: @TaichoMaster
“Y así empieza”
“La verdad es una excusa para la falta de imaginación”
“¿Desea saber más?”
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