Buenos días, antimarquistas. Septiembre avanza sobre nosotros con una sonrisa aviesa, y poco a poco vamos pasando por las tiendas para reorganizar la vuelta a los estudios o el trabajo, aparcando buenos momentos y aseándonos un tanto para perder ese adorable look de dejadez veraniega que tan adecuado parece a mediados de julio y tan averiado resulta por estas fechas. En la redacción marquista también vuelven, con nula originalidad, a tocar una tecla harto conocida, dedicándole a Cristiano Ronaldo la noticia y espacio centrales. Y digo noticia porque hice un cursillo de introducción al eufemismo en mis años mozos.
La noticia es irrelevante salvando el curioso hecho de que, tirando de archivo, podemos observar que al luso no le dedicaban una portada completa desde el pasado seis de agosto, todo un hito en el diario de todas las aflicciones fácilmente explicado por la necesidad de promocionar el nuevo fichaje del milenio, un tal Gareth Bale, del que seguro no habéis oído nada últimamente porque sois ciegos, mudos, sordos y alérgicos a cualquier información deportiva a escala mundial.
Sí querría destacar el pequeño titular de la parte inferior de la portada, “Madrid no concurrirá a la puja por los juegos de 2024”. En los días previos al fracaso de la candidatura olímpica, leí u oí que si una candidatura fracasaba tres veces consecutivas como es el caso (2012, 2016 y 2020), no podía presentarse a una cuarta, con lo que la ausencia de la capital estaría garantizada en la próxima convocatoria. Al leer el titular, imagino que la noticia procede de las declaraciones que la excelentísima (y humorística) alcadesa Ana Botella realizó ayer, entre autoparodia y sonrisa congelada en un rictus de algo muy desagradable que no comentaré aquí por cuestión de imparcialidad. La cuestión es simple: ¿dónde está la noticia, si de antemano se sabía que la candidatura no era factible? La respuesta es el control de daños, supongo. De todas formas, cada vez que Ana Botella se pronuncia públicamente (sobre peras, manzanas, cafés con leche u otras fijaciones gastronómicas) intento pasar por encima de la imagen de vodevil barato mostrada y pensar que alguien está minando su propio huerto día sí, día también.
Mientras tanto Sara Carbonero, otra poseedora de un oficio claramente vocacional, realiza unas declaraciones alimentando un morbo que no tiene demasiado sentido a no ser que forme parte de una estrategia mayor para remover las secciones de amarillismo y deportes al mismo tiempo. Una vez más: gracias, Sara. Qué haríamos los españoles sin nuestra ración de drama shakespiriano en la portería blanca y sin la opinión –siguiendo el ritmo presente- del alcalde de Villaviciosa de Odón sobre el tema.
Por último, la selección española de baloncesto vuelve perder, notando las ausencias (poco más me atrevo a decir dado mi nulo conocimiento sobre baloncesto) y la Liga, por suerte, vuelve mañana con cuatro choques más que interesantes. Normalmente los agregaría a la crónica, pero gracias a Barrabás podéis visualizarlos en uno de los útiles widgets a la derecha de la página.
Eso es todo por hoy mientras cierro crónica y me dispongo a abrir otra entrada para dar comienzo al Segundo Torneo de Apalabrados Antimarquista, que esta semana los conocidos de aquí me están torturando de lo lindo en las partidas y se les ve sobrados de motivación. Veamos si Elnekis revalida título o habrá que sobornarle para que se deje ganar. ¡Animaos!
¡Feliz fin de semana, antimarquistas! Os dejo con mi favorito.
Nick Cave & The Bad Seeds – There she goes, my beautiful world
Facebook
Twitter
RSS